
Responsabilízate de tus sentimientos
Tienes que asumir la responsabilidad de tus sentimientos antes de que puedas ser genuinamente compasivo contigo mismo y con los demás. Esto significa que no puedes culpar a los demás por cómo te sientes. Eres el único que puede controlar cómo te sientes.
Por ejemplo, puede sentirse enojado si alguien se le cruza en el tráfico. Sería fácil culpar al otro conductor por su ira, pero eso le daría poder sobre sus emociones. En su lugar, puede concentrarse en cómo quiere sentirse y tomar medidas para lograrlo.
Es posible que no puedas controlar lo que te sucede, pero siempre puedes controlar cómo respondes.
Maneras comunes en las que no asumimos la responsabilidad
Debemos ser honestos con nosotros mismos antes de poder ser honestos con los demás. El primer paso es reconocer cuándo no nos hacemos responsables de nuestros sentimientos. Aquí hay algunas formas comunes en que hacemos esto:
Culpar a otros o a nosotros mismos
Es tu culpa que esté enojado. No debería sentirme así.
justificando
Se lo merecían. Esta es la forma en que me criaron.
excusas
No puedo evitarlo. No es mi culpa.
Jugar a la víctima
No puedo hacer nada bien. Esto siempre me pasa.
Agotador
Nunca volveré a hablar contigo. Voy a hacerte sentir tan mal como yo.
minimizando
No es gran cosa. Estoy seguro de que no fue personal.
Cuando no asumimos la responsabilidad de nuestros sentimientos, renunciamos a nuestro poder para cambiarlos. En lugar de reaccionar a nuestras emociones, podemos elegir cómo queremos sentirnos y tomar medidas para llegar allí.
Maneras comunes en las que podemos asumir la responsabilidad
Podemos utilizar los cuatro pasos de la comunicación no violenta para asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos. Aquí hay unos ejemplos.
Sentir nuestras necesidades y sentimientos:
Me siento enojado en este momento. Necesito algo de tiempo para calmarme.
Expresar nuestras necesidades y sentimientos sin juzgar:
Me enojé cuando alzaste la voz. Necesito algo de tiempo para calmarme antes de continuar con esta discusión.
StoryShot: Indique sus necesidades y deseos en términos positivos
¿Cuál es la diferencia entre una solicitud y una demanda? Fíjate en cómo te hablas a ti mismo y a los demás. ¿Crees que haces muchas demandas?
Peticiones
Una solicitud es una declaración de lo que le gustaría que sucediera, sin ninguna amenaza implícita sobre lo que sucederá si no se cumple su solicitud.
Por ejemplo, “¿Puedes apagar la televisión?” es una solicitud
Demandas
Una demanda es una declaración de lo que quiere con una amenaza implícita sobre lo que sucederá si no se cumple su demanda.
Por ejemplo, “¡Apaga la televisión ahora o yo la apago por ti!”. es una demanda.
El problema con las demandas es que a menudo conducen a un conflicto porque se basan en la suposición de que la otra persona hará lo que usted quiere que haga. Esto puede llevar a una lucha de poder y dejar a ambas partes resentidas.
Por otro lado, las solicitudes se basan en la suposición de que la otra persona puede elegir lo que hace. Esto permite que ambas partes se sientan respetadas y más dispuestas a cooperar.
StoryShot: Las necesidades son universales, pero las formas de satisfacerlas no lo son
Hay una razón detrás de las reacciones de todos. Cuando no se satisfacen nuestras necesidades, reaccionamos de maneras que pueden parecer negativas pero que son solo un intento de satisfacer nuestras necesidades.
Por ejemplo, si te sientes triste, puede ser porque necesitas amor y conexión. Si está enojado, puede ser porque necesita respeto u otra necesidad insatisfecha.
Algunas necesidades cotidianas que todos tenemos:
Amor y conexión
Respeto
Autonomía e independencia
Seguridad y proteccion
diversión y juego
Significado y propósito
Lo más importante que debe recordar es que todos están tratando de satisfacer sus necesidades, incluso si lo hacen de una manera que no es útil.
Cuando vemos que todos solo están tratando de satisfacer sus necesidades, se vuelve más fácil comprender sus reacciones y responder de una manera útil, no dañina.
StoryShot: Escuche con empatía validando y haciendo preguntas
La escucha activa es una habilidad que se puede aprender y practicar. Implica estar completamente presente con la otra persona sin interrumpir, juzgar o dar consejos.
En cambio, te enfocas en tratar de entender la perspectiva de la otra persona. Esto se puede hacer reflexionando sobre lo que escuchó, haciendo preguntas y reafirmando los puntos principales.
Por ejemplo, “Parece que estás enojado por lo que pasó. ¿Está bien?”
“¿Puedes decirme más sobre cómo te sientes?”
“Parece que te sientes solo en este momento”.
Practicar la escucha activa puede ayudar a mejorar la comunicación y crear conexiones más profundas.
Reflejar sus sentimientos y necesidades parafraseando
La validación va un largo camino. Cuando las personas se sienten escuchadas, es más probable que estén abiertas a escuchar lo que tienes que decir. Una forma de demostrar que estás escuchando es parafrasear lo que ha dicho la otra persona. Esto indica que entiendes lo que dicen y ayuda a generar confianza.
Por ejemplo, “Eso suena difícil. Puedo ver cómo eso sería realmente confuso”.
El objetivo no es estar de acuerdo con la otra persona, sino hacerle saber que comprendes cómo se siente.
Responde con compasión
Compasión no es lo mismo que acuerdo. No tiene que estar de acuerdo con las acciones o palabras de la otra persona, pero aun así puede ver sus necesidades y responder de manera útil.
Por ejemplo, “Puedo ver que estás muy enojado y necesitas que te escuchen. Lamento no haberte escuchado antes. ¿Puedes contarme más sobre lo que pasó?”.
StoryShot: Considérese a sí mismo y a sus necesidades con empatía
La empatía comienza contigo mismo. ¿Cómo te hablas a ti mismo? ¿Le hablarías a un amigo como te hablas a ti mismo?
¿Si no, porque no?
Te mereces la misma empatía que le darías a los demás. Recuerde, todo el mundo está tratando de satisfacer sus necesidades. Cuando ve sus reacciones como un intento de satisfacer sus necesidades, se vuelve más fácil responder de una manera que sea útil en lugar de dañina.
Practica la autocompasión hablando contigo mismo con amabilidad y comprensión.
“Me siento furioso en este momento. Necesito calmarme para poder pensar con más claridad”.
“Puedo ver que me siento solo en este momento. Necesito comunicarme con mis amigos y familiares”.
“Puedo ver que estoy realmente molesto por lo que pasó. Necesito tomarme un tiempo para procesar mis sentimientos”.
Acciones que impiden la empatía
La compasión por los demás comienza en uno mismo. Aquí hay algunas formas en que nos interponemos en el camino de la empatía por los demás y por nosotros mismos.
Juzgarte a ti mismo con dureza
Centrarse en lo que “debe” hacer en lugar de lo que quiere hacer
Compararte con los demás
Poniéndote abajo
Centrándose en sus defectos
Trátate con compasión: 4 pasos
La empatía comienza con la autocompasión. Si quieres aprender a ser más compasivo con los demás, empieza practicando contigo mismo.
Aquí hay cuatro pasos para comenzar:
Observa tus pensamientos y emociones sin juzgar
Acepta tus pensamientos y emociones sin juzgar
Responda a sus pensamientos y emociones con comprensión y compasión.
Permite que tus pensamientos y emociones sean como son sin juzgar.
Es importante ser amable contigo mismo. Recuerde, todo el mundo está tratando de satisfacer sus necesidades. Cuando ve sus reacciones como un intento de satisfacer sus necesidades, se vuelve más fácil responder de una manera que sea útil en lugar de dañina.