
El libro de autoayuda de Rhonda Byrne El secreto (2006) se refiere al “secreto” de la “Ley de la atracción”, una teoría pseudocientífica popularizada de que el proceso humano de ideación tiene una influencia directa en los resultados de los encuentros y eventos en el mundo. En su libro, Byrne aplica esta teoría a diferentes aspectos de la vida, aclarando cómo cree que forma un programa para abordar cualquier problema. Las ideas en las que se basa el libro, así como el libro en sí, han sido etiquetadas como pseudociencia por miembros de la comunidad científica, que caen dentro de los géneros de filosofía popular de la Nueva Era y el Nuevo Pensamiento, que comenzaron a principios del siglo XX. Byrne explica la Ley de Atracción. Expresado de manera más coloquial como “lo similar atrae a lo similar”, postula que nuestros pensamientos crean directamente nuestra vida porque los pensamientos están incrustados en la “energía” que conforma el universo. El resto del libro constituye la elaboración personal de Byrne sobre el “secreto”. Ocasionalmente, hace referencia a citas de científicos y naturalistas, como Albert Einstein, Carl Jung y Ralph Waldo Emerson, para respaldar su tesis. Byrne comienza su argumento a partir del axioma de que todo dentro y alrededor de nosotros está hecho de energía, hasta el nivel del átomo. Por lo tanto, la energía es el elemento básico de los componentes básicos de todo lo que vemos y experimentamos. A continuación, Byrne afirma que la energía es vibratoria y viaja en diferentes frecuencias. De esta forma, nuestros pensamientos son magnéticos, atrayendo y repeliendo diferentes frecuencias. Cuando tenemos un pensamiento, se transmite de nosotros al universo circundante. Byrne compara esto con la torre de transmisión, que envía y recibe frecuencias de radio que transportan información con la que construye cosas más complejas. Byrne afirma que las frecuencias similares se atraen entre sí, mientras que las personas y los eventos que vibran de manera similar a la nuestra se magnetizan naturalmente hacia nosotros. Ella argumenta que es tan simple, neutral y predecible como la ley de la gravedad de Isaac Newton, sin importar si el individuo conoce o cree en su existencia.
Byrne proporciona ejemplos de categorías de pensamiento a las que se aplica el secreto. Los dos primeros son buenos y malos pensamientos. Aunque la Ley de Atracción no discrimina entre buenos y malos pensamientos y no le importa si queremos algo o no, propaga las ondas que emitimos, atrayendo así los objetos de deseo. Byrne afirma que la mayoría de la gente piensa principalmente en la negación de sus deseos; por ejemplo, alguien que quiere ser rico piensa en la difícil situación de ser pobre o de clase media. En cambio, argumenta que las personas deberían pensar en lo que quieren, desencadenando un ciclo de retroalimentación positiva. Byrne discute las categorías de pensamiento consciente y subconsciente, tomando prestado del sistema de organización de la mente humana de Freud. Ella advierte que la Ley de Atracción no solo está en vigor para el pensamiento consciente, sino también para el inconsciente. Por ejemplo, si queremos ser ricos, podemos decir que queremos mucho dinero, pero albergamos reservas o dudas subconscientes. El universo también tiene en cuenta estas energías, informando su resultado. Byrne cita un estudio cuyos hallazgos parecen mostrar que una persona promedio tiene alrededor de 60 000 pensamientos distintos por día, la mayoría de los cuales son involuntarios. Todos estos pensamientos constituyen un montón de temas sobre los que trabajar cuando tratamos de ser conscientes de la energía que estamos emitiendo. Una vez que recuperamos nuestros pensamientos, argumenta Byrne, obtenemos una herramienta que acelera el progreso hacia nuestros objetos de deseo.
Byrne concluye su análisis de las aplicaciones de la Ley de Atracción dando ejemplos de cómo atraer las relaciones deseadas con los demás. En primer lugar, afirma que debemos vivir nosotros mismos. La mayoría de las personas están condicionadas a poner el amor propio al final de la lista de deseos, resaltando mentalmente los pensamientos que desprenden energía negativa. Un sello distintivo de amarse a uno mismo es tratarse a uno mismo de la forma en que uno quiere tratar a los demás. En segundo lugar, Byrne afirma que debemos darnos cuenta de nuestro amor mutuo, incluso por los extraños. Las personas que se quejan atraen cada vez más energía negativa, agrupándolas con otras personas que piensan negativamente. Finalmente, Byrne exhorta a su audiencia a asegurarse de que sus acciones sean consistentes con sus deseos. Si actuamos como si ya tuviéramos lo que queremos, gradualmente realizaremos ese ideal sin necesidad de preocuparnos o desesperarnos. Aunque el libro de Byrne está lejos de ser científico, y da saltos ilógicos sobre la naturaleza de la mente que son inconsistentes con muchas ideas contemporáneas obtenidas de pruebas sólidas, presenta un argumento convincente que se asemeja al sistema kármico de las religiones orientales. Aplicando nuevamente la idea de la energía kármica al mundo fluido, caótico y moderno, presenta un libro de reglas por el cual espera que su audiencia aprenda a vivir.
El secreto de la vida
Puedes llenar tu vida con lo que quieras. Con El Secreto , puedes tener un nuevo comienzo. Comienza a hacer más de lo que te trae alegría y comprométete con la felicidad, y la ley de la atracción te traerá más cosas alegres en abundancia. Como El Secreto vive dentro de ti, cuanto más uses su poder, más lo atraerás hacia ti. Byrne cree que el mundo gira, los pájaros cantan y el sol sale y se pone todo para ti. Eres la perfección de la vida, y esa es la forma más verdadera de El Secreto .